Podemos
 afirmar, que una de las maneras de describir a una sociedad es 
identificando sus valores. Esas ideas innatas que guían a los miembros 
de una sociedad, mancárdoles lo bueno y lo malo, pautando su 
comportamiento, aunque no de forma taxativa, sino ambigua y en ocasiones
 hasta contradictoria.  
Aunque
 la globalización ha mundializado determinadas conductas e ideas y 
homogeneizado a las sociedades, siguen existiendo importantes 
diferencias entre ellas, incluso dentro del grupo de países 
occidentales. Hacemos visible esto a través de la comparativa entre los 
valores existentes y predominantes en Estados Unidos y en España.  
Valores divergentes:
-
 El papel de la familia y de los grupos primarios es un aspecto clave en
 el análisis de valores de cualquier sociedad. Y es uno de los puntos en
 que EEUU y España difieren de manera más evidente. Mientras en España, 
mantener unas buenas relaciones con la familia se convierte en un pilar 
central de su sistema de valores, Estados Unidos funciona según 
conceptos mucho más individualistas, primando el logro personal y la 
igualdad de oportunidades, que no la igualdad en términos generales. 
Esto genera diferencias considerables en los modelos familiares, siendo 
EEUU tendente a las familias nucleares y España a unidades familiares 
mayores, aunque en las últimas décadas se ha extendido el modelo nuclear
 en el país ibérico. También construye este hecho concepciones distintas
 del mundo, mientras el estadounidense es un ser plenamente 
autosuficiente en lo económico y dependiente en lo afectivo de un grupo 
de amigos o compañeros de trabajo con los cuales mantiene una estrecha 
relación, el español tiene mayor relación con su familia que con sus 
amigos y tiene la posibilidad de ser sostenido por el colchón social 
familiar en momentos de crisis, disfrutando así de una mayor protección 
social. 
-
 Libertad vs. Igualdad es un aspecto que distancia a las sociedades 
analizadas. Mientras que los estadounidenses, con su defensa de que el 
éxito es fruto del esfuerzo individual, son más partidarios de la 
primera, los españoles, con su concepción de que el éxito depende de la 
influencia y los contactos, son mayores defensores de la igualdad. Esto 
configura sociedades muy distintas ya que en EEUU la libertad de mercado
 es una máxima de gran aceptación social mientras que en España el 
Estado de Bienestar y la intervención pública en la economía son 
aspectos considerados como positivos y que cuentan con una gran 
cimentación en la sociedad. Esta diferencia es probablemente también la 
causa de que la sociedad española sea más solidaria y este más 
preocupada por los problemas ajenos, como el cuidado del medio ambiente o
 el estado de los desfavorecidos, que la sociedad estadounidense.  
-
 Religión vs. Ciencia es una concepción tradicionalmente española (y 
católica) que sin embargo no se da en Estados Unidos. Un número mayor de
 estadounidenses que de españoles se consideran creyentes y necesitados 
de la existencia de Dios. Algo que no entra en contradicción con la 
admiración que le procesan a la ciencia como principal motor del 
progreso humano. Por contra, y en palabras del químico y periodista 
Carlos Elías, profesor de la Universidad Carlos III: “España es un país 
de letras; la ciencia esta acosada”
Esta
 gran divergencia se debe principalmente al espíritu del protestantismo,
 rama cristiana dominante en EEUU a raíz del colonialismo inglés, cuya 
defensa de la austeridad y la sobriedad hicieron posible el nacimiento 
del capitalismo, y por tanto, del concepto en sí mismo de progreso. El 
catolicismo reinante en España, a pesar de contar con un número de 
fieles decreciente, ha ayudado a configurar una sociedad menos 
científica, y quizás también más nostálgica frente al ánimo positivo y 
la fe en el progreso de los norteamericanos.  
Valores convergentes:
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 La búsqueda del bienestar personal es un objetivo primordial tanto en 
la sociedad estadounidense como en la española, algo comprensible si 
tenemos en cuenta que ambos países están regidos por economías 
capitalistas donde la búsqueda del beneficio individual es el motor del 
sistema. Tener buena salud y un nivel de capacitación cultural y 
profesional elevado son preocupaciones españolas mientras que el confort
 material y el reconocimiento de los demás hacia las personas exitosas 
priman en la mentalidad norteamericana.
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| A la izquierda Nueva York, a la derecha Madrid. | 
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 La aceptación del sistema vigente es también un denominador común en la
 población estadounidense y la española. El cumplimiento con las normas y
 el respeto a la autoridad es un pensamiento con abundante presencia en 
la sociedad de España, algo coincidente con la defensa de la democracia y
 el capitalismo que hacen desde Estados Unidos. Se configuran así 
sociedades relativamente conformistas, participativas en el gobierno del
 estado, aunque dicha participación este sufriendo una evolución 
decreciente y el conformismo haya comenzado a resquebrajarse en la 
actualidad con movimientos ciudadanos que reivindican un cambio radical 
en el sistema: 15-M en España y Occupy Wall Street en los Estados Unidos
 de América. En todos estos aspectos coinciden ambas sociedades a pesar 
de tener sistemas políticos distintos: una república en lo político y un
 sistema neoliberal en lo económico frente a una monarquía sustentada en
 una economía social o socialdemócrata.  
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 El racismo esta muy presente en ambas sociedades, algo motivado por el 
alto número de inmigrantes presentes tanto en España como en EEUU debido
 a ser países del bloque Norte desarrollado con frontera con el bloque 
Sur en vías de desarrollo. (España con Marruecos y conectada con África 
 y EEUU con México y consiguientemente con América Latina)
En
 conclusión, podemos observar que la sociedad y los valores que la 
caracterizan son un elemento clave en la configuración de la 
personalidad de los seres humanos y que dichos valores que guían sin 
percatarnos nuestra conducta social son muy distintos en función del 
lugar en el que nazcamos, de la cultura en la que nos criemos y de la 
evolución histórica del país en que nos toque vivir.  
Podemos
 afirmar por tanto sin temor a equivocarnos que la célebre cita de 
Aristóteles: “el hombre es un animal político” esta plenamente vigente y
 lo seguirá estando.
 


 


 
 



















