Durkheim, Marx y Weber, los Padres Fundadores de la Sociología


La sociología, la enésima rama de la filosofía desgajada de la ciencia madre hace apenas un siglo (antes de ayer en Historia), es quizás una de los campos del saber más relativos y profundos, donde el blanco y el negro no son válidos y son reemplazados por una amplia escala de grises, donde la ideología debe ser dejada a un lado (cosa harto complicada) si deseamos analizar lo más objetivamente posible nuestro propio entorno. Y es también, sin lugar a dudas, uno de los saberes que más luz y comprensión lanza sobre nosotros mismos, los desconcertantes e imprevisibles seres humanos.
A continuación os dejo mi primer trabajo de Sociología (sí, hago Periodismo pero estudiamos de todo) en el que comparo a las tres patas de la Sociología, sus tres padres fundadores: Karl Marx, Max Weber y Émile Durkheim. 

A la izquierda Durkheim, en el centro Weber y a la derecha Marx. 
Los alemanes Karl Marx y Max Weber y el francés Emile Durkheim son los padres fundadores de la Sociología como disciplina autónoma y diferenciada de los restantes campos del saber, principalmente de la Biología, la Filosofía y la Psicología. Sin embargo, no coinciden ni en el objeto de estudio particular ni en la metodología aplicada. Marx estudia la lucha de clases y las desigualdades sociales a través del materialismo histórico, Weber analiza la acción social usando su teoría de la acción o  sociología comprensiva y Durkheim se centra en el hecho social formulando el estructuralismo metodológico.
El fruto de estas diferencias es la aparición de tres visiones acerca de la sociedad, sus cambios y su funcionamiento contrarias entre sí en algunos aspectos y complementarios en otras cuestiones.

La forma de organización política es una de las claves para diferenciar los tipos de sociedad. 
La clasificación de las sociedades es punto de conflicto entre Marx y Weber. Mientras el primero las clasifica en función de la forma social que adopta el trabajador, el segundo usa como patrón cuál es la base del ideario colectivo. Así pues, Marx diferencia entre sociedades esclavistas, feudales, asiáticas y capitalistas y Weber entre sociedades tradiciones o preindustriales y sociedades racionales o modernas. Durkheim por su parte postula que existen sociedades simples y complejas, siendo las sociedades preindustriales de corte simple y las sociedades industriales de carácter complejo, algo que coincide con Weber con la excepción de que Durkheim introduce como elemento diferenciador la mayor o menor división del trabajo y la conciencia colectiva más o menos densa.

El Capitalismo ha sufrido de fuertes críticas antaño y ahora,  siguiendo en gran medida lo expuesto ya por  tres primeros sociólogos. 
Las visiones acerca del sistema capitalista, sin embargo, son algo más homogéneas entre los tres pensadores. Coinciden en señalar la extraordinaria productividad del capitalismo que sin embargo crea una sociedad deshumanizada con un alto grado de “anomia” o falta de integración del individuo en la sociedad según Durkheim, de “conflicto de clase” según Marx al existir dos clases diferenciadas abruptamente por concentrarse la posesión de medios de producción en unas pocas manos y de “desencantamiento” en palabras de Weber al imperar un exceso de racionalidad y burocracia cuyo único fin es la rentabilidad y la eficiencia, eliminando toda creatividad al trabajo de las personas, condenándolas a tareas cada vez más especializadas. De esta forma, los tres sociólogos convergen a la hora de mostrar aspectos negativos de la sociedad moderna capitalista. No obstante, divergen completamente a la hora de posicionarse acerca del futuro del capitalismo. Marx afirma convencido que el propio sistema siembra los factores que lo conducirán a la autodestrucción y que a través de la revolución proletaria será sustituido por un nuevo sistema, más racional y equitativo, el socialismo. Durkheim no plantea la destrucción del sistema sino la solución de la anomia a través de la creación de organizaciones comunitarias que hiciesen posible la integración del ser humano sin perjuicio de su libertad. Weber se perfila como el más negativo de los tres al renunciar a toda posibilidad de cambio o mejora y postular que el desencantamiento irá en aumento al igual que el poder de las burocracias y la docilidad de los ciudadanos hacia estas instituciones.

Las fuertes divisiones sociales pueden crear grietas en la cohesión social. 
Otro aspecto fundamental es los mecanismos de cohesión de las distintas sociedades. Marx apunta directamente a la alienación y la falsa conciencia fruto de la misma, elementos usados por los capitalistas para confundir a los trabajadores, evitando que tengan conciencia de clase y crean que el origen de sus problemas es distinto del propio sistema capitalista. Frente al materialismo de Marx, que sitúa a la economía en la base de toda la sociedad, Weber disiente afirmando que las ideas sí son capaces de influir decisivamente en las sociedades. Esas ideas comunes, en el caso de la sociedad moderna la racionalidad, son las que mantienen cohesionados a los miembros de una sociedad. Durkheim diferencia distintas formas de cohesión social en función del tipo de sociedad. Las sociedades simples cuentan con la solidaridad mecánica, que resuelve conflictos al instante al existir patrones de conducta fuertes y sólidos. Las sociedades complejas por contra necesitan de la solidaridad orgánica, basada en el diálogo y los pactos y cuya cohesión se hace necesaria ante la alta división del trabajo, que convierte a todos los individuos en dependientes de los demás.


Estos son los postulados principales en los que coinciden o difieren los tres sociólogos clásicos, por supuesto, existen otros tantos aspectos convergentes y divergentes en sus obras. Insistir por tanto en el aspecto de que Marx, Weber y Durkeim son pensadores complementarios y no se tiene completo conocimiento de uno sin conocer a los dos restantes.

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