La notable ausencia de jóvenes en las filas de los colectivos sociales linenses hace peligrar la supervivencia de estos y del escaso movimiento ciudadano en general.
Juan José Uceda, el multi-activista linense por excelencia, señalaba en la entrevista conEl Tábano Linense que uno de los principales problemas de la ciudad es: “La desestructuración de los colectivos sociales, que cada vez se están haciendo más flacos, más débiles. No hay savia, no hay gente joven, que ocupe las plazas de la gente mayor que ya lleva tiempo en reivindicaciones de todo tipo. Si no viene gente nueva no sabemos qué puede pasar con la reivindicación. Y la reivindicación es lo que mantiene a un país vivo.”
Para averiguar el porqué de esta situación, hablamos con dos jóvenes linenses, ambas estudiantes en la Facultad de Comunicación de Sevilla. Nelia Bonillo, ex-Secretaria General de las Juventudes Socialistas de La Línea, y Dunia Bonillo, ex-Presidenta de la Asociación de Alumnos Orión (AAO).
Ambas apuntaban a las mismas causas: la falta de conciencia social por parte de los propios jóvenes y la escasa motivación que desde las instituciones y organizaciones recibe la juventud. “Los jóvenes linenses no se implican porque no se sienten motivados, no encuentran nada que les represente y les empuje a hacer cosas” señalaba Dunia. Además, la antigua dirigente de la única organización estudiantil de la ciudad, opinaba que “debe haber más diálogo entre colectivos y jóvenes, y no echarles en cara que no se muevan”. Su balance del paso por AAO es positivo: “aprendí a hacer muchas cosas que no sabía, entre en contacto con otros grupos”. Hace unos meses se daba un paso importante, se constituía el Consejo Local de Juventud pero aún es demasiado pronto para calibrar los efectos de su actividad.
Sin embargo la esperanza es lo último que se pierde. A día de hoy, una gran excepción en este páramo de pasotismo es la Asociación Juvenil “Lo Sé Y Me Importa” (LSYMI). Esta organización, fundada en junio de 2011, ha logrado aunar los esfuerzos de un grupo de jóvenes de edades comprendidas entre 14 a 25 años para intentar dinamizar la ciudad. Con sus actividades buscan ofrecer alternativas de ocio colectivo frente a actividades solitarias y el botellón. Su mayor actividad hasta la fecha ha sido el I Salón del Manga LSYMI, celebrado en agosto de 2012 y que tendrá su segunda edición este verano. A pesar de su empeño en acciones fundamentalmente culturales pero también algunas sociales y su colaboración con otras asociaciones de la ciudad, esto no está suponiendo un desembarco de jóvenes en colectivos como la Federación de Vecinos, la Marea Verde o la Plataforma por el Hospital, cuyo progreso depende en exclusiva de adultos, de avanzada edad en la mayoría de casos.
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