El diario "El País" y el periódico "Diagonal" comparten en la teoría una línea editorial de izquierdas, sin embargo, en la materialización de dicha senda progresista se evidencian diferencias muy notables. Estas se muestran con más énfasis en la información dada por ambos medios entorno a un mismo hecho, las elecciones en Venezuela.
Los titulares ya nos indican que las noticias que vamos a leer a continuación tienen enfoques muy diferentes. Diagonal titula: "Las encuestas dan la ventaja a Chávez en unas elecciones tensadas por la derecha" y subtitula: "A un día de los comicios, la oposición insiste en sólo reconocer los resultados si le son favorables" Por su parte, el histórico diario encabeza la noticia con: "Venezuela decide en las urnas sobre dos modelos de sociedad" y añade en el subtítulo: "Hugo Chávez ofrece una conferencia de prensa en plena jornada de reflexión"
Con tan solo dos oraciones, ambos medios de comunicación están predisponiendo a los lectores a tener una visión prochavista (Diagonal) o antichavista (El País). El primero apunta hacia la oposición, destacando que esta no aceptará el resultado de las elecciones si le es adverso y el segundo incide en Chávez al señalar que el presidente convocó una rueda de prensa en plena jornada de reflexión. Ambas acciones son inmorales para la mayoría de personas en base a nuestro conocimiento del mundo.
A lo largo de la noticia encontramos más ejemplos de estas visiones contrapuestas. El País parece tener especial interés en resaltar la procedencia miliatar de Chávez, al denominar hasta en tres ocasiones al presidente venezolano con alguno de los puestos militares que ocupó en el pasado, un detalle que no se ve ni una sola vez en la noticia de Diagonal, a pesar de que esta ultima es más extensa. Aunque ambas posiciones idelógicas están claramente marcadas, la forma de expresarlas son bien distintas. Diagonal pone énfasis en criticar al líder opositor, Capriles, omitiendo prácticamente a Chávez, ahondando en el bando opositor, sus disputas internas y su espíritu antidemocrático que según el medio alternativo se evidencia en declamaciones como esta: "a los chavistas los sacaremos a patadas y plomo". Por contra, El País no se limita a criticar al bando chavista sino que también elogia al opositor, pero no a través de declaraciones sino de forma directa, evidenciando más aún si cabe la postura del periódico. Según el diario, la campaña electoral ha sido: "una batalla del David democrático y ciudadano contra el Goliat del Estado chavista y su abuso de los recursos públicos", una alusión al Estado Venezolano que bien puede recordarnos al gigantismo burocrático del que se acusaba a la URSS.
Pero sin lugar a dudas, el punto de mayor y más evidente desencuentro es la valoración que se tiene de la posible recuperación del modelo de democracia liberal clásico con la victoria de Capriles. El País presenta las elecciones presidenciales como el enfrentamiento entre dos modelos sociales "el caudillismo populista y la democracia liberal", modelo este último positivo pues Capriles ha utilizado "un discurso centrado en la necesidad de un Gobierno eficaz, preocupado por las necesidades de la gente y no por fantasías ideológicas". Además, El País también critica duramente la política chavista de forma muy velada afirmando que "Chávez conserva el apoyo de los sectores económicamente más débiles beneficiados por sus planes de reducción de la pobreza, mercados populares y subsidios", unos términos que sin necesidad de ser muy perspicaces nos conducen a la idea de que los venezolanos pobres apoyan a su actual presidente por el hecho de que les da dinero, es decir, populismo y compra de votos. La visión de Diagonal respecto a un posible retorno del liberalismo a Venezuela es totalmente opuesta al destacarse las disensiones internas en la Mesa de Unidad Democrática, la plataforma opositoria. Según este medio, cinco partidos han abandonando a los opositores ante la posibilidad de una "involución neoliberal" tal y como lo denomina Diagonal. Se suma también la denuncia hecha a las malas artes de los liberales para volver al poder, controlando los medios de comunicación y organizando un "Plan de Reacción Inmediata" para nada más saberse los resultados de las elecciones, en caso de ser negativos para la MUD, iniciar una protesta denunciando el fraude electoral. Este último contenido sumado a las alarmantes declaraciones que expone Diagonal de varios miembros de la oposición hacen una referencia oculta a un posible Golpe de Estado en Venezuela promovido por la MUD. De esta forma el medio da una imagen negativa del liberalismo.
Pero para tener una comprensión mayor de las razones de ambos medios para tener estos enfoques, es necesario ir más allá del contenido de los artículos y profundizar en la realidad de ambos medios y de nuestro país.
El País es el buque insignia de grupo mediático Prisa, mientras que Diagonal es un periódico autogestionado perteneciente a los mismos trabajadores que lo redactan. El grupo dirigido por Juan Luis Cebrían tiene tras de sí a unos imponentes accionistas: la gran banca como BBVA, La Caixa o Deutsche Bank o empresas multinaciones como Telefónica, la mayoría de ellos con intereses económicos en Latinoamérica, intereses que se han visto amenazando en ocasiones por la acción del Gobierno Bolivariano. A Diagonal lo mantienen ciudadanos anónimos que contribuyen a sus sostenimiento con cuotas periódicas y la publicidad de pequeñas empresas.
Además, no puede pasarnos desapercibido el contexto social en el que se dan estos discursos. Ambos van dirigidos a la población española, una ciudadanía terriblemente castigada por la crisis capitalista. Teniendo en cuenta esta variable, bien podríamos afirmar que el interés oculto de El País en buscar fallas a la República Bolivariana podría resider en desacreditar ese modelo para que no se reprodujese en España. Y por el contrario, como medio altermundista, Diagonal estaría interesado en mostrar preferentemente la cara positiva del experimento de Chávez para así demostrar que existen alternativas reales y viables al vigente sistema capitalista.
Este sencillo análisis nos demuestra que sin necesidad de faltar a la verdad, el mismo hecho puede ser presentando desde enfoques muy diversos, algo que viene a confirmar la cita del escritor español Ramón de Campoamor: "En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira".