En este mismo instante, un servidor que les escribe, se encuentra encerrado junto a 300 estudiantes más de la Universidad de Sevilla y de la Universidad Pablo de Olavide en las dependencias de la Facultad de Historia y Geografia de la US. Concretamente les escribo desde la Delegación de Alumnos de Geografia e Historia que muy amablemente me han cedido un ordenador para poderles informar en riguroso directo del numeroso encierro que se esta desarrollando entre pasillos y aulas de esta Facultad.
Antes de empezar, deseo ser humilde Toda descripción que haga a partir de ahora es demasido pobre para describir con presicion lo que esta pasando entre estos antiguos muros de la antigua Tabacalera, hoy convertida en epicentro de la Universiudad de Sevilla y sede de su Rectorado.
A pesar de lo emocionante que resulta estar hoy aquí, lo realmente importante es porqué estamos encerrados. Entorno a 300 estudiantes comenzamos hoy, no solo un encierro, sino todo un ciclo de movilizaciones en defensa de la educación pública y democrática, negándonos a aceptar los recortes y reformas que en los últimos y presentes tiempos buscan reducir el gasto público y aumentar la financiación privada, elevar el poder político y empresarial dentro de la Universidad y entorpecer el libre acceso a la educación superior con una exagerada subida de tasas.
La Asamblea de Universidad aprueba el pasado 26 de octubre de la triple acción reivindicativa: encierro, huelga y manifestación desde el Campus Ramón y Cajal hasta el Parlamento de Andalucia. Es entonces cuando el CADUS convoca a partir de las 20:30 al encierro, a las 17:30 a la manifestación. Entramos al encierro con total normalidad, sin altercados. A pesar de los rumores que lo negaba, el Decanato de Hª y Gª aprueba (aunque sea con resignación) la realización del encierro en sus dependencias. A partir de las 21:30, el equipo de seguridad de la Facultad, vigilante pero tolerante, cierra las portentosas puertas de la Facultad, impidiendo la salida o entrada (excepto en caso de emergencia).
A las 22:00, tras la ocupación exitosa aunque en principio nop autorizada, del Aula Magna, los Delegados del CADUS llaman a reunión a la Asamblea, máximo órgano entre los alumnos de la Universidad y verdadora depositaria de la soberanía estudiantil.
Como señal de transparencia, todo el desarrollo de la Asamblea es retransmitido por Streaming al resto de Andalucia. Sevilla y Olavide no son las únicas universidades en pie de lucha. Huelva, Granada, Cádiz, Málaga, Madrid y Barcelona entre otras se mueven con una misma voz y por un mismo objetivo, la defensa de la educación pública.
La Asamblea tiene un orden del día muy conciso en esta ocación: ¿qué hacer? No tan solo hoy, sino también de cara al futuro. En un primer momento, y tras una introducción de los motivos de la huelga, comenzamos a divagar, hablando de comisiones de futuro y filosofando de pedagogogía, y de la construcción de una nueva Universidad radicalmente distinta a la actual. Los moderadores nos piden concrección, bajándonos de las nubes ideológicas. Es en ese momento cuando una avalancha de propuestas, exigencias y comentarios cae en cascada sobre los presentes:
- Unidad con los profesores, también preocupados por las reformas y recortes que les afectan de forma directa.
- Organización de grupos por Campus para hacer el movimiento más operativo.
- Mayor concienciación de los estudiantes, al fin y al cabo, tan solo somos 300 de un total de 60.000.
- Ilusionar a los compañeros con cursillos y excrusiones.
- Marcar límites y niveles en las acciones reivindicativas.
- Boicot al banco Santander, administrar de las cuentas públicas de la US.
- Y muchas más, tantas ques es practicamente imposible condensarlas todas aquí y ahora.
El 15 de diciembre también se preveé como posible día reivindicativo. La Asamblea llega a aprobar la movilización estudiantil todos los meses, una propuesta arriesgada pero de profundo compromiso. Además, los días 1, 2 y 3 de Diciembre se convocará a la Coordinadora de Asambleas de Universidades de toda España para articular un calendario de protestas consensuado y seguido en todo el ámbito nacional.
Concluida la Asamblea tras unas largas y pormenorizadas votaciones, distintos delegados de Facultad llaman a los estudiantes de sus Campus: Reina Mercedes, Cartuja, Centro, Ramón y Cajal y UPO para decidir, esta vez con menos debate y menos personas, qué actuaciones llevar a término en las distintos enclaves para fomentar el seguimiento de la Huelga además de para inciar la coordinación de cara al futuro próximo.
Los pasillos se llenan entonces de debates, en el aire se respira la participación y la democracia, las voces de personas muy distintas se elevan gozando del respeto de los demás. Esta vez sí, podemos hablar de una total y absoluta normalidad democrática.
Sin embargo, todos coinciden en afirmar lo mismo. Estamos en un punto de inflexión, o actuamos ahora en defensa de un derecho fundamental reconocido por la Constitución, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención de la Unesco para la esfera de la Enseñanza o aceptamos no solo una reforma puntual en un ámbito concreto, sino toda una política socioeconómica que nos condena al recorte sistemático de derechos y servicios públicos sino también a una vida precaria laboralmente e insatisfecha humanamente. Por eso, y porque un mundo mejor es posible y necesario, estamos aquí.
Mañana, próximo capítulo, MANIFESTACIÓN. Corto ya la conexión.