Aún hoy decenas de mujeres son víctimas mortales de la violencia de género dentro de sus propios hogares en nuestro país, y aunque los datos son positivos y el número está descendiendo, aún hay que estar alerta, no debemos fiarnos, porque el maltrato aún está cerca, presente y acechando. Y un error que nosotros los jóvenes cometemos con mucha facilidad y frecuencia es sentirnos ajenos, alejados de los problemas de la sociedad, del “mundo adulto”. Y olvidamos que ese mundo también es el nuestro, y también entre los jóvenes hay discriminación, normalmente por culpa de los tópicos.
¿Y qué es el tópico? Una idea fija y sin excepciones aunque este basada en hechos antiguos, irreales, injustos o lo más normal, generalizadores, es decir, pagan justos por pecadores, muchos cogen fama por culpa de unos pocos.
Seguro que en alguna ocasión habéis escuchado frases del estilo: “eh tío, eres un fenómeno, te las llevas todas al huerto, eres un maquina” pero la cosa cambia cuando es una mujer, entonces suele decirse: “no veas la guarra, todo el día de tío en tío, no para de hacerlo”. ¿Veis la diferencia? Aunque quizás seáis afortunados y nunca hayáis escuchado frases como estas, pero por desgracia, oírlas es lo normal en las conversaciones que pululan por los patios de los institutos. Estos son los tópicos.
Y sobre ideas irracionales e injustificadas como estas se basa el machismo, en que todas las mujeres son iguales y el hombre debe controlarlas para que no se desmadren.
Son estos tópicos los que provocan situaciones del estilo “no me gusta ese escote”, “esa minifalda es muy corta”, “¿adónde vas tan arreglada?”, “¿quién te ha llamado?” o ya directamente “cambiate de ropa”, “dejame ver el móvil” o “¿¡tú adónde vas sin mí!?” ¿Os suenan estas frases? Me temo que a mi sí.
Seguro que en alguna ocasión habéis escuchado frases del estilo: “eh tío, eres un fenómeno, te las llevas todas al huerto, eres un maquina” pero la cosa cambia cuando es una mujer, entonces suele decirse: “no veas la guarra, todo el día de tío en tío, no para de hacerlo”. ¿Veis la diferencia? Aunque quizás seáis afortunados y nunca hayáis escuchado frases como estas, pero por desgracia, oírlas es lo normal en las conversaciones que pululan por los patios de los institutos. Estos son los tópicos.
Y sobre ideas irracionales e injustificadas como estas se basa el machismo, en que todas las mujeres son iguales y el hombre debe controlarlas para que no se desmadren.
Son estos tópicos los que provocan situaciones del estilo “no me gusta ese escote”, “esa minifalda es muy corta”, “¿adónde vas tan arreglada?”, “¿quién te ha llamado?” o ya directamente “cambiate de ropa”, “dejame ver el móvil” o “¿¡tú adónde vas sin mí!?” ¿Os suenan estas frases? Me temo que a mi sí.
Muchas personas han sido educadas, incluso de forma inconsciente, con ideas parecidas a estas. Y los comportamientos y comentarios como los anteriores surgen en ocasiones de forma impulsiva, sin darse cuenta, más aún a edades tan impulsivas como las nuestras. Pero cada vez hay más y mejor educación e información que nos demuestra que estos tópicos son mentiras e incorrectos pues atan a las mujeres con violencia e incluso a los hombres con la ignorancia.
Entre todos, debemos ir eliminando los despistes, los tópicos, las ideas generalizadores y enjuiciar a las personas por como son interiormente y no exteriormente.
Con tu ayuda, es posible. NO A LOS TÓPICOS, SÍ A LA IGUALDAD ENTRE TODOS Y TODAS.
Con tu ayuda, es posible. NO A LOS TÓPICOS, SÍ A LA IGUALDAD ENTRE TODOS Y TODAS.
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