Los Institutos, el futuro de nuestra sociedad



Antes de profundizar en el tema expuesto en el titular, agradecer a la Junta Directiva de LaLineaCGay el espacio que me han concedido en su revista digital y animaros a todos vosotros a leer y seguir la trayectoria de esta publicación, a la cual contribuiré con mi humilde granito de arena que espero sirva para construir un proyecto sólido y duradero.

Sin más demora, paso ya a desarrollar el asunto que os presento en el titular.
Como todos sabéis y supongo que estaréis de acuerdo conmigo por puro sentido común, el futuro de toda sociedad, independientemente de su nivel de desarrollo, es siempre la juventud. Y un pilar fundamental para dicha juventud es su educación.
Sin embargo, las polémicas entorno a la educación, al como impartirla a los jóvenes es punto constante de discusiones de los politicastros de turno que se olvidan de lo realmente fundamental del asunto, más allá de los intereses partidistas y electoralistas, que es ¿Estamos educando bien a nuestros jóvenes? ¿Estamos asegurando nuestro futuro?
Pues algo ha de fallar en el sistema actual, porque la situación que ahora os planteo, más propia de las escuelas del siglo pasado, se da con la suficiente abundancia como para ser preocupante.

La homofobia y los tópicos sexuales siguen cundiendo en los institutos de nuestro país, siendo verdaderos martirios y torturas para aquellos que los sufren en sus propias carnes, que aunque sean pocos (y no son tan pocos) y conformen una minoría silenciosa, deben ser protegidos y respetados con la misma dignidad que cualquier persona. Hablo de los adolescentes homosexuales o bisexuales e incluso de aquellos jóvenes que siendo heteros se ven agredidos por no continuar con una cadena de tópicos fomentada por la intolerancia e ignorancia de algunos y sobre todo, por la complicidad silenciosa y cobarde de una mayoría.

No quiero ser pesimista, pero aun con demasiada frecuencia se confunden en los institutos y entre le gente joven, términos tales como bisexualidad y promiscuidad y lo más grave, es que los ignorantes en lugar de corregir y aprender de sus errores discriminan a las personas que manifiestan su sexualidad (contraria a la mayoría hetero por supuesto) o simplemente no están definidos sexualmente.
La homosexualidad y la consideración de esta en los jóvenes se lleva un palo aun mayor de mano de la juventud, siendo motivo de insultos y diana de la mayoría de los tópicos. Los insultos tales como maricón o los gestos obscenos, que se mantienen, han evolucionado a la ironía y el sarcasmo como formas de agredir a los homosexuales, pudiendo poner ejemplos tales como risitas ridículas, gestos y voces afeminadas a la hora de dirigirse a un gay, falsos elogios para crear falsas ilusiones y proposiciones amorosas cargadas de recochineo y crueldad.
En el caso de los heteros acosados, o bien es por apoyar y considerar como iguales y respetables a los homosexuales y bisexuales o por manifestar una madurez en las relaciones de parejas inusual en los jóvenes. Aun se considera como estrecha o rara a aquellas chicas que no quieren tener ni hacer nada con un chico o promiscuas (por utilizar un adjetivo elegante) a aquellas con una vida sexual activa y libre de ataduras de pareja. Sin embargo, si este mismo caso se da en un chico, el tio es un maquina y si el chaval no moja, es tímido o pasa del género opuesto, la primera etiqueta que se le coloca es la de homosexual. Estos últimos ejemplos poco a poco se han convertido en excepciones pero aun se pueden ver algunos reductos.

Ante este panorama, algo hemos mejorado respecto a las escuelas de la etapa franquista, los profesores de los colegios públicos demuestran su apoyo a los chavales acosados por alguna de estas circunstancias y los protegen y enseñan para defenderse por si solos, sin embargo es un duro golpe un rechazo tan frontal en la adolescencia por una mera cuestión de gustos, en este caso sexuales, y algunos de ellos que no logran resistir la humillación sistemática que en algunos casos se da, se encierran durante largas etapas de su vida de nuevo en el armario.

Sin más que añadir y esperando no haber desanimado a ningún activista por estas informaciones, pues lo necesario ahora es continuar luchando, me despido hasta el próximo número de este boletín.

1 comentario:

  1. Este artículo fue publicado (con ciertos recortes por cuestión de espacio) en la LOBY ROSA, el boletín digital de la asociación LGTB LA LINEA CGAY. En cuanto mis conomientos técnicos me lo permitan, publicaré los enlaces para que os descargueis los boletines.

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