A petición de mi amiga Amalia, les escribí a los compañeros que forman el colectivo Marea Verde para que supiesen el 12 de junio, fecha en que salieron a la calle una vez más, de primera mano que no están solos en la lucha por la defensa de la Educación Pública.
Cuando me propusieron dirigirme a mis vecinos, lo primero que se me vino a la cabeza fue una duda. ¿Cómo hablar desde la capital y la Universidad sin sonar ni paternalista ni superior? Para mi es un detalle importante porque yo mismo he estado docenas de veces en esa misma Plaza escuchando las épicas acciones en otras ciudades y sintiendo que mi pueblo era inferior o menos participativo, y no era eso lo que quería transmitiros. Espero haber logrado mi propósito.
Durante dos semanas, del 23 de mayo al 7 de junio, la Pablo de Olavide y la Universidad de Sevilla comenzamos sendos paros académicos en señal de protesta contra los recortes y el RDL 14/2012. Teníamos claro que no eran unas vacaciones por eso organizamos multitud de actividades reivindicativas: encierro permanente en el Rectorado de la Hispalense, charlas, asambleas, manifestaciones, performances. Esto de cara a la galería, pues entre bastidores no cesaban las reuniones, encuentros, conversaciones, correos para que todo marchase. Todo ello orientado en un mismo sentido: conseguir la derogación del del Real Decreto y de los recortes, hacer calar el mensaje de que la educación no es un gasto, es una inversión. Y puedo afirmar sin temor a equivocarme de que el balance es muy positivo: la participación nos ha superado a la representación estudiantil y ha logrado articular un movimiento autónomo y plural llamado SevillaPara y la visibilidad, aunque mejorable, no es desdeñable.
Sin embargo, hay más. No somos los únicos. Por toda España, universidades, institutos y colegios se han unido a la defensa de la educación pública. Pero no debemos confiarnos. En Septiembre la protesta debe continuar.
Este cúmulo de intensas y repentinas experiencias he de sumarlo a los varios años que disfrute de la confianza de mis compañeros del IES Virgen de la Esperanza para que hablará en su nombre. Esa responsabilidad dio para muchas anécdotas, y no todas siempre fueron buenas, pero fue sin lugar a dudas una experiencia positiva que me enriqueció como persona como pocas lo han hecho. Con todo ese bagaje vital, desde la juventud os animo a los ya veteranos en estas batallas a continuar porque sin vuestra sabiduría esto no tendría orden ni concierto. Y con un cierto conocimiento de causa, a los recién llegados os invitó a comprometeros, a implicaros cuanto podáis porque vuestro empuje es clave para lograr lo que nos proponemos.
En el día de hoy, todo homenaje debe centrarse en vosotros. Para empezar, porque habéis logrado algo sobre lo que nosotros todavía estamos trabajando, la unidad de acción entre todos los sectores educativos. Y porque sin vosotros, las Universidades ni existirían ni tendrían sentido. Porque sin vosotros, ni yo ni muchos otros como yo, tendríamos conciencia para estar ahora luchando por nuestro futuro. A todos vosotros, gracias. ¡Nuestro presente y futuro no se vende, se defiende!
Lamentando no poder estar con vosotros, se despiden afectuosamente Alfonso Torres y mi amiga y compañera Marta Garcés.