Africa, Tierra de Todos, Tierra de Nadie



Una vez más me acuerdo de África, ese otro mundo dentro del mismo planeta.
La película El Jardinero Fiel, la cual os recomiendo encarecidamente, me ha devuelto al pensamiento el recuerdo de África.
Y ante el argumento de la película, la reflexión ha sido inevitable. África es un continente olvidado y arruinado por todos pero al que nadie ayuda. Esto crea una hipócrita y dura paradoja. Convierte a África en patrimonio de todos pero en responsabilidad de nadie. Es como si cualquiera de nosotros tuviese una riqueza o tierra pero no fuese responsable de lo pase en ella o con ella.
Se me antoja escabroso el hecho de que África solo sea recordada para enriquecerse a costa suya pero sistemáticamente olvidada cuando toca repartir desarrollo y beneficios. Para África todo son costes, sobre todo el humano.
Y a la vista del devenir de los acontecimientos esto es inmoral pero no ilegal aunque no sería ni mucho menos la primera vez que existen leyes al margen de la justicia y la ética.
Sin embargo, la esperanza siempre se abre paso. La siempre socorrida sociedad civil y las muchas organizaciones que se encuentran bajo el amplio paraguas de esta denominación y a las cuales siempre les toca asumir los mayores retos con los mínimos recursos se está preocupada por África.
Cientos de miles de seres humanos de bellísimo corazón en mi opinión, están dedicando en este momento horas y horas nunca cuantificadas de su tiempo libre para sacar adelante a todo un continente y a todos y cada uno de sus ciudadanos, sin dejar a nadie en la cuneta.
Por esperanzadora que sea esta acción, nunca es suficiente, a la vista esta. Y es que no los suficientes se preocupan de demasiados.
A pesar de las inclemencias, deseo mucha suerte y agradezco la labor de incalculable valor de todos los voluntarios y ONG's del planeta, africanistas como yo pero con mucha más voluntad y esfuerzo que un joven servidor.

En el horizonte siempre nos queda el sueño de ver a África renacer de sus cenizas, con o sin el permiso del resto del mundo, de ese otro mundo que hoy le da la espalda con aberrante frecuencia.